PASAJE DE LA GUERRA CIVIL EN SANTA MARIA

(…) El día 6 de noviembre de 1937, tres cántabros derrotados de esta Brigada, -en referencia a la Brigada Montañesa- Pedro Portilla Cuevas (Santander), Joaquín Palacios González (Torrelavega) y Fernando Burgués Cabrero (Santiago de Cartes), procedentes del vencido frente asturiano de Pola de Gordon se dirigieron a la provincia de León con la intención de entregarse. Para ello descendieron por los montes de Santa María del Condado y hallaron a un vecino cuidando unas vacas al que preguntaron si en Vegas del Condado había falangistas y cuartel de la Guardia Civil, posiblemente para prevenirse, evitándolos.

Les condujo al pueblo y se alojaron en casa del presidente de la Junta vecinal donde cenaron unas alubias. Un soldado y un concejal, enterados del asunto, bajaron a dar parte a la Guardia Civil. Estos acompañados de falangistas les sorprendieron en la cocina. Uno estaba dormido en la meseta de la "trébede", otro recostado sobre la misma y Fernando Burgués sentado en el escaño con bombas de mano en el cinturón.

Fernando Burgués hizo un amago de reacción, pero el soldado le encañonó y la fuerza se abalanzó sobre ellos. Los tres cayeron como niños. Les bajaron al calabozo del Ayuntamiento. Fueron atados a las colas de caballos y maltratados a los largo del camino. Apaleados durante tres días, el día 9 de noviembre, entre dos luces, les fusilaron participando guardias y falangistas del lugar a veinte metros de la carretera. El cura del pueblo confesó a los tres, hechos unos guiñapos, a las tres de la mañana y así ganar "nuevas almas de descreídos para el cielo". El día 11 les bajaron al cementerio de Vegas para enterrarles en fosa común, descalzos y sin relojes.

Las manchas de sangre del calabozo permanecieron durante años, y los que participaron en el apaleamiento limpiaron sus ropas de sangre en una fuente en el centro de la plaza. (…)

Guerra Civil en Cantabria y pueblos de Castilla

Jesús Gutierrez Flores

Un comentario

  1. No los conocían de nada, pero por ser republicanos había que salvar sus almas descreídas -qué manera de presuponer- para creencias las de sus verdugos… fanáticos, o/y los motivos igual eran simplemente apoderarse del calzado y los relojes.

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